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Los excesos del estado de derecho
Una de las impresiones de mi participación como observadora en el
juicio de Harald G., Axel H. y Sabine B.E, el pasado 17 de mayo en la
ciudad de Berlín, Alemania, fue precisamente la que titula esta
aportación. El tratamiento que reciben los acusados por parte de las
autoridades, es ya de por sí condenatorio, aún sin haber una
sentencia de por medio en donde se ratifiquen las acusaciones que los
Procuradores del Estado han formulado y por las cuales se han abierto las
investigaciones en su contra.
Las justificaciones legales por las cuales existe ahora un proceso en
contra de los acusados son una clara muestra del endurecimiento que ha
significado desde la perspectiva del Estado Alemán el respeto al
llamado Estado de Derecho, sin embargo, se observa que dentro de ese
afán de preservar el orden no son tomados en cuenta la dignidad
humana de los presuntos responsables, el mismo Harald G. declaró
ante el tribunal y personas que se encontraban presenciando el juicio, la
forma en que son tratados y los excesos que se muestran en su seguridad,
puso como ejemplo el traslado del penal en el que se encuentra ubicado,
hasta el tribunal, en donde fue escoltado por más de 7
policías.
La revisión de los asistentes al juicio por parte de los
elementos de seguridad del tribunal deja ver lo que expresaron los
Procuradores del Estado en su declaración, que la peligrosidad en
este estado de derecho se presume como cierta sin la necesidad de comprobar
objetivamente tal acusación. El auscultamiento corporal, la
revisión de los objetos personales así como de los zapatos y
calcetines, cada vez que entras al tribunal es exagerado e intimida incluso
a los asistentes que van a ese lugar no para ser juzgados, sino para
ejercer el derecho que como ciudadanas y ciudadanos tienen de asistir a un
juicio público.
La pregunta sería si el ejercicio de la legalidad es excesivo
hacia los ciudadanos y ciudadanas alemanes o si la utilización del
poder por los agentes impartidoras de justicia se convierte en un atentado
contra la integridad física y sicológica de las personas
sometidas a un juicio y de las que asisten a él.
Alejandra Ancheita
Abogada/México
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